jueves, 2 de noviembre de 2017

Las terrazas de la Seu (catedral de Mallorca)

Con este post se podría decir que empiezo la casa por la ventana, pero no me resisto a empezar por los cimientos. Hoy os traigo una visita imprescindible para todo aquél que viva o visite Mallorca: las terrazas de la Seu (así es como se le llama a la catedral de Mallorca). Os aseguro que a pesar de tener la imagen de este edificio como habitual en mi vida, desde pequeña, y de haberlo estudiado en diferentes ocasiones y por partes, la perspectiva que ofrece recorrer sus terrazas es algo totalmente nuevo e increíble.

La visita dura una hora aproximadamente y hay que subir escalones, concretamente 215, pero como se hace por partes (de 70 en 70), la verdad que no resulta difícil subir hasta lo más alto. El acceso a las terrazas se sitúa en un lateral de la catedral, el que se encuentra al lado de la llamada Casa de l'Almoïna. Allí el guía que acompaña al grupo que va a hacer la visita espera a que llegue todo el mundo, aunque suelen empezar puntuales así que no lleguéis tarde. De hecho, mejor si váis 10 minutos antes.

Espacio intermedio del campanario
Una vez dentro, se sube por dentro del campanario, del cual se puede observar su estructura interna, y aquí ya empieza lo bueno. El primer tramo llega hasta la zona media del campanario, la cual actualmente sirve como almacén para guardar tubos de madera y acero que formaron parte del órgano de la catedral. Pero durante siglos pasados este espacio tuvo otros usos, como por ejemplo, fue refugio de muchos ciudadanos durante algunas de las disputas entre las diferentes familias nobles que vivían en Palma. En los muros se pueden ver una especie de agujeros en los que se aguantaba una estructura de madera que dividia el espacio en dos y así cabía más gente. Lo que más me llamó la atención fueron los grafitis de los siglos XV-XVI, hechos en la pared, y que aún hoy en día se pueden observar, como la representación de un barco mercante.

Detalle de un grafiti que representa un barco mercante
Seguimos subiendo por las escaleras de caracol que nos llevan hasta la parte más alta, pero antes nos detenemos en el siguiente tramo del campanario, donde se puede observar la estructura de madera del siglo XVI que da acceso a las campanas. Esta madera ha sufrido diferentes incendios a lo largo de la historia y su estado de conservación no es el mejor, por eso no se puede subir por ella para poder observar las campanas. En total hay 9 de estas, todas con su nombre de mujer ( Prima, Tercia, Picarol, Antonia...) a excepción de una que lleva nombre de hombre: Eloi. Es la más grande de todas, con un peso de 4000 kilos y 2 metros de diámetro. Para moverla se necesitan entre 8 y 9 personas, conocidas como los "elois". Las campanas suenan solo en ocasiones especiales, ya que su vibración perjudica a la estabilidad del edificio. 

Estructura de madera del siglo XVI sobre la que se sitúan las campanas

Escalera por la que se sube a la zona donde se sitúan las campanas

Ventanal situado en la parte alta del campanario desde el cual se pueden ver los contrafuertes de la catedral con sus gárgolas

Después de este parón seguimos subiendo y toca ya salir al exterior... que sensanción! Poder ver de cerca los elementos esenciales de la catedral, aquellos que hacen que se mantenga en pie y que se presente tan magestuosa. Personalmente, me fascina el sistema constructivo de estos edificios, formado por elementos, llamados contrafuertes, que reparten las fuerzas y peso de la construcción hasta el suelo. Poder ver estos contrafuertes de cerca, observar el tipo de piedra con la que estan hechos (en este caso piedra arenisca que se degrada muy fácilmente al estar la catedral expuesta al mar y a su salitre), ver como se le ha dado forma y se han creado los nervios que le otorgan ese aspecte exterior tan imponente, es más emocionante de lo que parece cuando te lo cuentan. 


Terraza con los contrafuertes descansando en el suelo
Cuando eres capaz de dejar de observar el edificio, es cuando hay que centrarse en el otro gran atractivo de esta visita: las vistas. Que pasada, por favor! Se puede ver Palma, con sus iglesias más importantes, como la de Santa Eulàlia o Sant Francesc. También la bahía de Palma, con su paseo y la gente que por él camina, los barcos que entran y salen... Es difícil imaginar como debía ser la imagen de la catedral con el mar a sus pies, ya que siglos atrás así sucedía, pero con el tiempo el cemento ha ido ganando espacio. 

Vistas de la bahía de Palma
Vistas a la ciudad. A la izquierda la iglesia de Santa Eulàlia y la derecha la de Sant Francesc
Y cuando estás medio levitando recorriendo estas terrazas, hay que dirigirse hacia una pequeña entrada a la derecha, y una vez que la cruzas te encuentras frente a frente con la joya de la corona de la Seu de Mallorca: su rosetón. Que espectáculo señores! Un vano circular de casi 12 metros de diámetro formado por 1.116 cristales de colores. Así com está trabajada la piedra, su tamaño, su perfecta forma circular y poder ver el interior de la catedral desde arriba y a través de sus cristales, os aseguro que se tiene que vivir. 

La joya de la corona: el rosetón mayor de la catedral

Vista desde el rosetón
El rosetón mayor ofrece unas tres veces al año un espectáculo de luz espectacular. Cada 2 de enero y 11 de noviembre la luz del rosetón mayor se refleja debajo del rosetón menor (situado justo enfrente), formando así el signo del infinito. Igualmente, entre el 21 y 24 de diciembre la luz del mayor se refleja encima del pequeño, pero este fenómeno debe ser visto desde el exterior de la catedral, y el tiempo debe acompañar para que puede contemplarse en toda su plenitud.

Cuando aún no te has recuperado de la impresión que causa este "agujero acristalado", se sigue recorriendo las terrazas hasta llegar a situarse enfrente del conocido como portal mayor. Desde aquí se puede observar el palacio de la Almudaina con su arcángel Gabriel, y al fondo, más la izquierda, el castillo redondo de Bellver. 

Vistas desde el portal mayor de la catedral, con el arcángel Gabiel y el castillo de Bellver al fondo a la izquierda

Detalle de las gárgolas y los elementos decorativos florales situados en los contrafuertes, capiteles y pináculos

Vista de la calle desde el portal mayor

Conjunto escultórico situado arriba del portal mayor y detalle del remate de una de las torres

En total hice casi 120 fotografías pero os he puesto solo una pequeña degustación porque os aseguro que ninguna imagen que pueda poner o palabra que escriba, van a poder representar lo que se siente recorriendo estas terrazas. Os va a parecer exagerado, pero desde aquí arriba creo que se toma más consciencia de la importancia de nuestro patrimonio, y del deber de cuidarlo. Es tan emocionante la experiencia, que todo el mundo hacía el mismo comentario: "Esto se tiene que cuidar". 

Solo hay una pega a todo lo que os acabo de contar (tiene que haber una): las terrazas no estan siempre abiertas. Normalmente se pueden visitar desde abril a marzo, y hay que reservar plaza desde su web, os dejo el link para que podáis acceder a ella. El precio normal es de 12€. Si no las habéis visitado estáis de suerte porque las terrazas van a estar abiertas durante los días 2, 3 y 4 de noviembre de este 2017 y de forma gratuita, solo tenéis que reservar vuestra visita en la web. Correr porque se suelen llenar muy rápido. No os lo perdáis, es una de las visitas top de Mallorca.







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